martes, 12 de noviembre de 2019

Ciencia y obesidad

Esta semana, el día de 12 de Noviembre, se celebra el día mundial de la obesidad. 
La obesidad ha sido calificada por la OMS como una epidemia a nivel mundial.

Sin entrar demasiado a niveles técnicos, la obesidad es el incremento del peso de un individuo, debido a un aumento del tamaño del tejido adiposo, es decir, de la cantidad de grasa.
Hay que distinguir entre sobrepeso y obesidad, diferenciándose en el Índice de Masa Corporal (IMC) que define cada uno, siendo mayor el de la obesidad, y existiendo distintos tipos de obesidad en función de este IMC. El IMC de un culturista, por ejemplo, puede estar dentro del rango que caracteriza a los obesos, y obviamente no lo será, entonces esta medida no hay que tomarla al pie de la letra. Existen por ello otros parámetros, que no son lo que nos interesa enfocar. 
Imagen de: www.mspbs.gov.py
Realmente, el problema de la obesidad no es el incremento de masa corporal “per sé”, sino los problemas de salud que pueden derivar de esto; por ejemplo diabetes tipo II o ciertas cardiologías. Os dejamos por aquí abajo un esquema con todas las complicaciones que puede producir la obesidad.
Para que os hagáis una idea del riesgo de la obesidad, actualmente la obesidad tiene una mortalidad más alta que la desnutrición. Se estima como quinto factor de riesgo de muerte en el mundo. 
Imagen de: laobesidadhoydia.blogspot.com

A pesar de ser un problema tan grave en el mundo actual, no hay una suficiente inversión terapéutica en ella. 
La primera propuesta será mejorar los hábitos de vida, realizar una dieta baja en calorías o aumentar el ejercicio.  
También se puede realizar cirugía, aunque es recomendable que se aplique solo en casos extremos, ya que puede afectar de manera negativa a otros aspectos de la vida del paciente. 
Por último,  los fármacos existentes para tratar la obesidad son escasos, ineficaces y con efectos secundarios considerables.

Pero cuales son las causas de la obesidad?
Las dos más comunes seguro que ya las conocéis. 
La primera es la inactividad en el día a día de la persona, si tu estilo de vida es más sedentario de lo normal es muy posible que la ingesta de calorías diaria sea más de lo que necesitas. 
Y la segunda serían las dietas y hábitos alimentarios poco saludables, de nuevo, si comes más calorías de las que quemas después, el aumento de peso es inevitable. Y la ingesta de calorías es mayor con alimentos poco saludables, como la comida rápida o bebidas energéticas.

Aparte de estas dos anteriores también existen factores de riesgo que pueden favorecer el desarrollo de obesidad.
- Factores genéticos. Tu genética va a determinar la manera en la que vas a procesar las calorías que comes y como va a funcionar todo tu metabolismo. 
- Estilo de vida de la familia: aparte del factor genético, aquí también hay que tener en cuenta que dentro de una familia se suelen compartir los hábitos alimentarios y un nivel de actividad similar entre los miembros.
- Problemas médicos: existen ciertos síndromes que causan obesidad de manera directa, como el Síndrome de Prader-Willi. Aunque otras patologías pueden favorecer la obesidad de manera indirecta,  como por ejemplo la artritis, que disminuye tu capacidad de hacer ejercicio. 
- Dejar de fumar: todos conocemos a alguien que deja de fumar y enseguida hemos notado su aumento de peso. La nicotina es un estimulante y un supresor del apetito, por lo que al eliminar su ingesta, el cuerpo nos pide más comida y más calórica por lo general.
- Falta de sueño: esto puede provocar también un aumento del apetito. Además la falta de descanso hará que sintamos que necesitamos comer alimentos con un alto contenido en calorías, es decir, no nos va a apetecer unas verduritas sino posiblemente algo de bollería procesada.
Imagen de: australbariatrica.com.ar


Aparte de las enfermedades destacadas anteriormente que se ven favorecidas por la obesidad, nos gustaría destacar la conexión existente entre obesidad y salud mental. 
A día de hoy no se conoce con detalle como el incremento de tejido adiposo podría estar afectando a la función cerebral, capacidades cognitivas o bienestar psicológico. Sin embargo, estudios han demostrado una asociación entre obesidad y deterioro cognitivo en edad avanzada. 
Entre las posibles causas, se podría asociar a la relación ya establecida entre hipocampo y la memoria, y un menor volumen de esta región (provocada por el exceso de adiposidad) sirve como marcador de demencia
Además en personas obesas, se observan con más frecuencia que en la población media las placas beta-amiloides y los ovillos neurofibrilares, que son los procesos moleculares responsables de la Enfermedad del Alzheimer.
Por último, los niveles más altos de tejido adiposo incrementan la inflamación en el sistema nervioso, favoreciendo también deterioro cognitivo y demencia.

Como conclusión, la obesidad es un problema con muchísima gravedad a nivel mundial, y se necesita una mayor concienciación ciudadana sobre ella y sobre como evitarla.


Imagen de: anahuac.mx


No podíamos terminar el post de esta semana sin hacer un pequeño homenaje a Margarita Salas, honorable científica española que falleció el pasado 7 de Noviembre.
Margarita Salas ha fallecido no sin habernos dejado avances esenciales para el desarrollo de la ciencia actual, como por ejemplo el uso de la DNA polimerasa del fago Phi29 para amplificar el ADN. Pero no solo eso, sino que derribó muchas de las barreras con las que las mujeres se han encontrado en el acceso a la ciencia a lo largo de la historia, dejándonos un mundo un poco más sencillo a las que llegamos ahora. Gracias. 



¡Hasta la semana que viene!












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