martes, 19 de noviembre de 2019

Ciencia y cine


Aprovechando que el 21 de noviembre es el día mundial de la televisión, nos gustaría esta semana hablar de los aspectos científicos y éticos que hay detrás de aquellas historias de ciencia ficción que desde pequeños nos han hecho soñar. ¡Toca hablar de cine!

Para empezar, y centrándonos en este caso en aspectos puramente científicos, hablaremos de todo un clásico del cine de aventuras. Sorprendió en su momento por su calidad técnica pero además hizo volar la imaginación de muchas personas: ¿podríamos algún día clonar y coexistir con dinosaurios? Esto es lo que se nos plantea en Jurassic Park (1993).

Logo Jurassic Park, imagen de: amazon.es

En esta película, una serie de científicos consigue clonar dinosaurios a partir de la extracción de ADN en fósiles de insectos preservados en ámbar. Si bien es cierto que el primer requisito fundamental para clonar cualquier ser vivo es la obtención de su información genética (ADN), estudios de la Facultad de Ciencias Biológicas de la Universidad de Mánchester, en Reino Unido, han demostrado que esta conservación del ADN no sería posible. A pesar de que intuitivamente podríamos pensar lo contrario, la inmersión completa del ADN en resina no aumentaría su preservación, de hecho esta sería aún peor. 

Bueno, es posible que la película se equivocara en la forma de obtener el ADN de dinosaurios, pero debe haber otras maneras, ¿no? Lo cierto es que durante los primeros años del siglo XXI, el trabajo de la paleontóloga Mary Schweitzer llevó al descubrimiento de tejido blando en el interior de un hueso de Tyrannosaurus rex. Esto, junto con la obtención de más muestras de ADN en otros fósiles de dinosaurio podría hacernos pensar que estamos cerca de un Parque Jurásico. Sin embargo, seguimos muy alejados de algo así (sentimos la decepción) por una serie de motivos.

En primer lugar, para poder clonar un ser vivo, como hemos mencionado, necesitaríamos su información genética completa, su ADN. Para la reconstrucción de esta información, se necesitarían muchos fragmentos de ADN de una longitud suficiente que permitiera el solapamiento de los mismos. Sin embargo, como mucho se han encontrado pequeños fragmentos de ADN que además aparecen muy deteriorados. Ha sido imposible extraer verdaderas secuencias de ADN de los restos fósiles. Por tanto, es imposible leer la información genética. Además, en la mayoría de los casos el único ADN que se puede extraer es contaminación, en muchos casos procedente de bacterias.

Por otro lado, incluso teniendo la información genética completa, esta necesitaría organizarse en cromosomas. Los cromosomas se forman cuando la información genética se compacta gracias a una serie de proteínas de empaquetamiento (entre ellas las histonas). Pero además, esta asociación de la información genética con proteínas es lo que determina qué genes se expresan (es decir, qué proteínas se generan) en un momento y lugar determinados, lo cual es clave para el desarrollo completo del ser vivo. Es decir, no solo necesitaríamos la secuencia completa del ADN, sino también estas proteínas asociadas al mismo (en conjunto forman la cromatina).
 
Niveles de compactación del ADN y asociación a proteínas
Imagen de: biolotilde.wordpress.com


Un último problema surge al buscar un método de clonación similar al que se utilizó en su momento al clonar a la oveja Dolly. En este caso, para la clonación lo que se hizo fue extraer el núcleo (región donde encontramos la información genética de la célula) de un óvulo de la oveja, y se introdujo en el mismo la información genética procedente de una célula adulta. Por tanto, aunque tuviéramos el ADN completo del dinosaurio, aún necesitaríamos un huevo de la misma especie o muy cercana para clonarlo.
Método clonación oveja Dolly
Imagen de: slideshare.com

Pero más allá de los aspectos puramente científicos descritos anteriormente, resulta indispensable, y más hoy en día, hacer hincapié en lo que debería ser el requisito fundamental que cumplan todos los proyectos científicos: la bioética. Y uno de los mejores ejemplos que tratan este tema en el cine del siglo XX es la película Gattaca (1997). En este filme se plantea una sociedad en principio utópica en la que algunos nuevos niños surgen de un proceso de selección genética, con unas condiciones físicas cercanas a la perfección y libres de enfermedades. Sin embargo, esta sociedad que podría parecer la meta del ser humano, carece totalmente de humanidad. Basándose en la discriminación, tan solo algunos privilegiados presentan un código genético seleccionado, diseñados para los mejores roles y considerados “válidos”, mientras que aquellos que han sido concebidos de forma tradicional estarán condenados a lo más bajo de la pirámide social. Ni con esfuerzo se les proporcionan oportunidades para progresar. El código genético es su carta de presentación.

Portada de Gattaca (1997)
imagen de: filmaffinity.com


"No hay un gen para el espíritu humano"

Respecto a los datos genéticos personales, precisamente desde los años 90 con la puesta en marcha del Proyecto Genoma Humano (HGP), y con el posterior establecimiento de biobancos, un tema de preocupación recurrente en la comunidad científica es la privacidad genética. En ningún caso la información genética debería utilizarse para la discriminación o estigmatización. Hoy en día se ha puesto de moda la realización de análisis genéticos para conocer la predisposición a determinadas enfermedades o simplemente para conocer el árbol genealógico. Sin embargo, existe un riesgo importante de que tus datos genéticos acaben en manos de terceros. De hecho, ya se conocen casos de la transferencia de estos resultados a farmacéuticas o al FBI. Se está entrando en un terreno peligroso, pudiendo llegar  a una situación en la que estos datos podrían ser aprovechados en un futuro por las empresas a la hora de seleccionar nuevos empleados basándose en, por ejemplo, la predisposición a ciertas enfermedades. O bien el gobierno podría dar un uso descontrolado a estos datos.

El principal problema es que aquellas personas que otorgan su consentimiento para el uso de sus datos no anónimos, no suelen ser del todo conscientes de lo que esto supone. Por ello, para asegurar la donación consciente de los datos genéticos (y de lo que supone para uno mismo y sus familiares), una información clara y rigurosa debería estar garantizada.

Como podéis ver el cine es un canal a través del cual se pueden tratar temas muy variados dentro del mundo de la ciencia, desde imaginar los límites a los que los conocimientos tecnológicos y científicos podrían llevarnos, hasta plantear problemas éticos derivados de un mal uso de la ciencia.

Esperamos que os haya resultado interesante, ¡hasta la semana que viene!




Bibliografía:

  1. https://royalsocietypublishing.org/doi/full/10.1098/rspb.2013.2741
  2. Damgaard P. B., Margaryan A., Schroeder H., Orlando L., Willerslev E., Allentoft M. E., Improving access to endogenous DNA in ancient bones and teeth. Sci. Rep. 5, 11184 (2015). 
  3. http://aebioetica.org/bioetica-en-el-cine/la-vida-humana-a-traves-del-cine/90-gattaca.html
  4. https://www.xataka.com/cine-y-tv/gattaca
  5. https://www.eldiario.es/sociedad/test_geneticos-ADN-privacidad-ciencia_0_869313773.html

No hay comentarios:

Publicar un comentario