Aprovechando
que el 21 de noviembre es el día mundial de la televisión, nos gustaría esta
semana hablar de los aspectos científicos y éticos que hay detrás de aquellas
historias de ciencia ficción que desde pequeños nos han hecho soñar. ¡Toca
hablar de cine!
Para
empezar, y centrándonos en este caso en aspectos puramente científicos,
hablaremos de todo un clásico del cine de aventuras. Sorprendió en su momento
por su calidad técnica pero además hizo volar la imaginación de muchas
personas: ¿podríamos algún día clonar y coexistir con dinosaurios? Esto es lo
que se nos plantea en Jurassic Park
(1993).
Logo Jurassic Park, imagen de: amazon.es |
En
esta película, una serie de científicos consigue clonar dinosaurios a partir de
la extracción de ADN en fósiles de insectos preservados en ámbar. Si bien es
cierto que el primer requisito fundamental para clonar cualquier ser vivo es la
obtención de su información genética (ADN), estudios de la Facultad de Ciencias
Biológicas de la Universidad de Mánchester, en Reino Unido, han demostrado que
esta conservación del ADN no sería posible. A pesar de que intuitivamente
podríamos pensar lo contrario, la inmersión completa del ADN en resina no
aumentaría su preservación, de hecho esta sería aún peor.
Bueno,
es posible que la película se equivocara en la forma de obtener el ADN de
dinosaurios, pero debe haber otras maneras, ¿no? Lo cierto es que durante los
primeros años del siglo XXI, el trabajo de la paleontóloga Mary Schweitzer
llevó al descubrimiento de tejido blando en el interior de un hueso de Tyrannosaurus rex. Esto, junto con la
obtención de más muestras de ADN en otros fósiles de dinosaurio podría hacernos
pensar que estamos cerca de un Parque Jurásico. Sin embargo, seguimos muy
alejados de algo así (sentimos la decepción) por una serie de motivos.
En
primer lugar, para poder clonar un ser vivo, como hemos mencionado, necesitaríamos
su información genética completa, su ADN. Para la reconstrucción de esta
información, se necesitarían muchos fragmentos de ADN de una longitud
suficiente que permitiera el solapamiento de los mismos. Sin embargo, como
mucho se han encontrado pequeños fragmentos de ADN que además aparecen muy
deteriorados. Ha sido imposible extraer verdaderas secuencias de ADN de los
restos fósiles. Por tanto, es imposible leer la información genética. Además, en
la mayoría de los casos el único ADN que se puede extraer es contaminación, en
muchos casos procedente de bacterias.
Por
otro lado, incluso teniendo la información genética completa, esta necesitaría organizarse
en cromosomas. Los cromosomas se forman cuando la información genética se
compacta gracias a una serie de proteínas de empaquetamiento (entre ellas las
histonas). Pero además, esta asociación de la información genética con
proteínas es lo que determina qué genes se expresan (es decir, qué proteínas se
generan) en un momento y lugar determinados, lo cual es clave para el
desarrollo completo del ser vivo. Es decir, no solo necesitaríamos la secuencia completa del ADN, sino también estas proteínas asociadas al mismo (en conjunto forman la cromatina).
Un
último problema surge al buscar un método de clonación similar al que se
utilizó en su momento al clonar a la oveja Dolly. En este caso, para la
clonación lo que se hizo fue extraer el núcleo (región donde encontramos la
información genética de la célula) de un óvulo de la oveja, y se introdujo en
el mismo la información genética procedente de una célula adulta. Por tanto,
aunque tuviéramos el ADN completo del dinosaurio, aún necesitaríamos un huevo de
la misma especie o muy cercana para clonarlo.
Método clonación oveja Dolly Imagen de: slideshare.com |
Pero
más allá de los aspectos puramente científicos descritos anteriormente, resulta
indispensable, y más hoy en día, hacer hincapié en lo que debería ser el
requisito fundamental que cumplan todos los proyectos científicos: la bioética.
Y uno de los mejores ejemplos que tratan este tema en el cine del siglo XX es
la película Gattaca (1997). En este filme se plantea una sociedad en principio
utópica en la que algunos nuevos niños surgen de un proceso de selección
genética, con unas condiciones físicas cercanas a la perfección y libres de
enfermedades. Sin embargo, esta sociedad que podría parecer la meta del ser
humano, carece totalmente de humanidad. Basándose en la discriminación, tan
solo algunos privilegiados presentan un código genético seleccionado, diseñados
para los mejores roles y considerados “válidos”, mientras que aquellos que han
sido concebidos de forma tradicional estarán condenados a lo más bajo de la
pirámide social. Ni con esfuerzo se les proporcionan oportunidades para
progresar. El código genético es su carta de presentación.
Portada de Gattaca (1997) imagen de: filmaffinity.com |
"No hay un gen para el espíritu humano"
Respecto
a los datos genéticos personales, precisamente desde los años 90 con la puesta
en marcha del Proyecto Genoma Humano (HGP), y con el posterior establecimiento
de biobancos, un tema de preocupación recurrente en la comunidad científica es
la privacidad genética. En ningún caso la información genética debería
utilizarse para la discriminación o estigmatización. Hoy en día se ha puesto de
moda la realización de análisis genéticos para conocer la predisposición a
determinadas enfermedades o simplemente para conocer el árbol genealógico. Sin
embargo, existe un riesgo importante de que tus datos genéticos acaben en manos
de terceros. De hecho, ya se conocen casos de la transferencia de estos
resultados a farmacéuticas o al FBI. Se está entrando en un terreno peligroso,
pudiendo llegar a una situación en la
que estos datos podrían ser aprovechados en un futuro por las empresas a la
hora de seleccionar nuevos empleados basándose en, por ejemplo, la
predisposición a ciertas enfermedades. O bien el gobierno podría dar un uso
descontrolado a estos datos.
El
principal problema es que aquellas personas que otorgan su consentimiento para
el uso de sus datos no anónimos, no suelen ser del todo conscientes de lo que
esto supone. Por ello, para asegurar la donación consciente de los datos
genéticos (y de lo que supone para uno mismo y sus familiares), una información
clara y rigurosa debería estar garantizada.
Como
podéis ver el cine es un canal a través del cual se pueden tratar temas muy
variados dentro del mundo de la ciencia, desde imaginar los límites a los que
los conocimientos tecnológicos y científicos podrían llevarnos, hasta plantear
problemas éticos derivados de un mal uso de la ciencia.
Bibliografía:
- https://royalsocietypublishing.org/doi/full/10.1098/rspb.2013.2741
-
Damgaard P. B., Margaryan A., Schroeder H., Orlando L., Willerslev E., Allentoft M. E., Improving access to endogenous DNA in ancient bones and teeth. Sci. Rep. 5, 11184 (2015).
- http://aebioetica.org/bioetica-en-el-cine/la-vida-humana-a-traves-del-cine/90-gattaca.html
- https://www.xataka.com/cine-y-tv/gattaca
- https://www.eldiario.es/sociedad/test_geneticos-ADN-privacidad-ciencia_0_869313773.html
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